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ADRIANO Y LA CONSTRUCCIÓN DE GOBIERNO ITINERANTEa127
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año 129 . El emperador estaba de viaje por Asia camino de Siria. Su destino
era Egipto, por lo que tenía previsto también hacer escala en Jerusalén, como
ya se dijo. Los ciudadanos de Astypalea aprovecharon la relativa cercanía
del emperador, a su paso por Caria, y despacharon una embajada que le salió
al encuentro en la ciudad de Laodicea del Lico. Por la respuesta del empera-
dor, editada como inscripción en la isla, parecería que el único objetivo de la
embajada era saludar al emperador: un enorme dispendio para un simple acto
protocolario. En cualquier caso, es la prueba de que el sistema de publica-
ción de los itinerarios era efectivo y ofrecía nuevas oportunidades de comu-
nicación a las ciudades de las provincias.
7. Centro y periferia: publicidad y archivo
Pero la presencia constante del emperador en las provincias no sólo tuvo
efectos positivos para la comunicación con las comunidades cívicas, las
grandes asociaciones religiosas, deportivas y culturales o los prohombres de
cada territorio, que encontraron un emperador cercano dispuesto a recibir sus
embajadas y leer sus cartas, a las que contestaba con diligencia. Adriano
también se mostró dispuesto a atender las peticiones que pudiera dirigirle
cualquier habitante del imperio, ya fuera ciudadano romano o peregrino, ya
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fuera hombre o mujer . Esta disponibilidad del emperador podría conside-
rarse como un simple, aunque generoso, acto de filantropía. Sin embargo, no
se trataba sólo de un acto humanitario, sino que era parte de uno de los más
importantes cambios en el gobierno imperial, que se mantuvo vigente hasta
tiempos de Diocleciano y que alcanzó su cenit bajo el gobierno de los Seve-
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ro: el sistema de libellus/rescriptum .
Es conocido que antes de Adriano los emperadores también recibían peti-
ciones en forma de libelli y que respondían a ellos escribiendo su decisión al
pie de la petición. La validez legal de estos rescripta imperiales era, sin em-
bargo, limitada: efectiva cuando se trataba de la concesión de un beneficio,
problemática cuando atendía a una cuestión jurídica. Estas deben de haber
sido las razones que explican que Trajano accediese a las peticiones trans-
mitidas por Plinio y que, a la vez, la biografía de Macrino asegurase que
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Trajano nunca respondía a los libelli .
Adriano, por el contrario, imprimió una nueva dirección al procedimiento
del libellus/rescriptum, dispuesto a hacer oír su voz no sólo en la concesión
40 OLIVER, 1989, n. 68.
41 D’ORS, 1965, p. 147-161.
42 HAUKEN, 1998, p. 303-313.
43 HA Macr. 13.1.